Según registros, el país cuenta con 251 especies de polinizadores, la mayoría de ellas son insectos.
El banano, el cacao, la palma de aceite, el café, el mango, el chontaduro, el aguacate, la papaya, la guayaba o la guanábana; todas estas plantas y frutos que comemos dependen, de una u otra manera, de polinizadores para su sostenimiento y producción. Sin embargo, pese al importante papel que juegan, Colombia no contaba con una política robusta que se preocupase por el estudio, la conservación, el monitoreo y los planes de gestión alrededor de estos animales; hasta hoy.
En el Día internacional de la diversidad biológica, el Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y el Instituto Humboldt presentan la primera Iniciativa colombiana de polinizadores en la historia. Esto significa que el país reconoce la polinización como un servicio ecosistémico estratégico para garantizar la nutrición de los ciudadanos.
El documento tiene varios objetivos: generar conocimiento sobre la distribución y biología de las especies polinizadoras; mantener, asegurar y restaurar hábitats para los polinizadores a través de buenas prácticas y de la promoción de la conservación de ecosistemas naturales; generar mayor conciencia social sobre su importancia; y, tal vez lo más importante, incorporar toda esta información dentro de los instrumentos de política pública y normativas.